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Vea cómo el Ford GT ganó en Le Mans

Vídeo: 50 años después de vencer a Ferrari, Ford regresó a Francia con Castrol EDGE. Esto es lo que sucedió

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    Si bien es cierto que la rivalidad con Ferrari no tiene exactamente la misma mordiente que en 1966, la memorable victoria de Ford en la prueba de resistencia más dura del automovilismo en junio se produjo después de una larga y batallada carrera con el fabricante italiano. Hace cincuenta años fue un asunto mucho más personal. Tras acordar la venta de su empresa al gigante automovilístico estadounidense, Enzo Ferrari canceló el acuerdo a las once horas, haciendo enfurecer a Ford y empujándole a crear un coche con el único propósito de ganar a Ferrari en Le Mans. Ese coche era el Ford GT original, y los americanos lo lograron con estilo. En 1966, el equipo acabó primero, segundo y tercero en Le Mans, creando una de las historias más legendarias del automovilismo.

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  • Medio siglo después, el nuevo GT de Ford fue primero, tercero y cuarto en la clase GTE Pro, reconocida ampliamente como la carrera más famosa del mundo. Los ecos de las glorias del pasado son demasiado fuertes como para ignorarlos; la apasionante lucha con Ferrari, en la que finalmente Ford venció a tan solo tres horas para el final; el triunfo casi perfecto de posiciones de podio; el hecho de que esta fuese la primera vez en cincuenta años de Ford en Le Mans, y con un coche y un proyecto de carrera que solo se anunció en la segunda mitad del año pasado.

    "El equipo nunca antes había corrido en Europa", comentó Jay Ward, director de Comunicaciones de Productos de Ford en Europa, después de la carrera. "De hecho, tampoco había competido en carreras de coches deportivos hasta esta temporada". Ward lo describe como "el logro de toda una vida para todos los involucrados". Además, reveló que la decisión de volver a Le Mans con el GT no fue por revivir los recuerdos nostálgicos del pasado.

  • "Este coche de carreras es un escaparate para Ford y para nuestra innovación en ingeniería. Hemos recibido ya más de 6.500 solicitudes de clientes que desean comprar la versión de calle del GT, ¡y solo fabricamos 250 al año! Obviamente, se trata de un superdeportivo caro (y exclusivo) pero la tecnología EcoBoost, con motor de inyección directa y turboalimentado, tanto de las versiones de calle como de carrera del GT es la misma tecnología que se encuentra bajo el capó de un Fiesta de 1 litro. Un gran motivo por el que Castrol trabaja con empresas como Ford es para desarrollar sus propios productos de rendimiento extremo; la tecnología del motor avanza a una gran velocidad tanto si se trata de un Fiesta como de un GT ganador. Las presiones bajo las que funcionan los motores más modernos como mínimo se han duplicado desde que Ford ganó por primera vez en Le Mans.

    "Sin embargo, el coche que ganó la carrera de este año utiliza la misma tecnología Titanium FST™ que se encuentra en Castrol EDGE", explica Laura de Laguno, gerente global de Deportes de Motor de Castrol.

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  • Para Laura, y para Castrol, las victorias en competición son la guinda del pastel. Al igual que Ford, la verdadera motivación para competir es la oportunidad única que supone sobrepasar a gran velocidad los límites del desarrollo. "Cuando Ford compite y gana también es una gran demostración de las capacidades de Castrol, pero lo que marca la diferencia para nosotros es trabajar tan estrechamente con sus ingenieros y tener que hacerlo a su ritmo. Lo que conseguimos en seis meses de apoyo a Ford en las carreras de coches deportivos, este año tardaríamos por lo general el doble de tiempo. Cuando el coche con el número 68 cruzó la línea de meta, tuve que pellizcarme. Estaba muy emocionada y muy orgullosa de Castrol. Parecía increíble".

    Dirk Müller, el hombre detrás del volante cuando el coche con el número 68 cruzó la línea estaba, y con razón, aún más emocionado.

  • "Se oían muchos llantos en la radio, y eso en la vuelta se sentía como si transcurriese toda una vida", se reía. "Seguía pensando ‘¿qué ha pasado?’" Pero el experimentado Müller no tiene ninguna duda con respecto al secreto del éxito de todo el equipo. "Es exactamente eso, un equipo", explicó. "Todo ha ido genial, desde mi primera prueba hasta el logro de la primera posición en Le Mans. Todo el mundo tiraba en una dirección". Además, Müller se reserva un particular elogio para sus compañeros de equipo y para Castrol. "Cuando estás en carrera, es esencial sentir que puedes confiar en todo el equipo. Por ejemplo, yo sabía que podía contar con mis compañeros de equipo (Joey Hand y Sébastien Bourdais) y mucho más en una victoria como esta. Creo que todo ha de funcionar de forma conjunta para poder hacer el mejor trabajo posible. Piensa en el aceite. Incluso al final de la carrera, después de casi 24 horas de competición, seguíamos utilizándolo a plena potencia. Eso debía a que el motor seguía siendo fuerte, al igual que el aceite. Y si no lo fuese, no hubiéramos podido lograrlo. Como he dicho: un equipo".

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